jueves, 17 de abril de 2008

El día de tu boda

Un día gris de invierno, te fuiste de nuestro lado,
ibas radiante y dichosa, el día que te marchaste
a inaugurar tu precioso nido,
algo de nosotros se fue contigo
y mucho de ti se quedó con nosotros.

Partiste por la puerta de tu hogar de tantos años,
toda vestida de blanco inmaculado,
en nuestra casa quedó la sensación extraña que…
sin tu presencia ella estaba inmensamente vacía.

Te extrañaremos desde ese día
pasados ya los alborotos por tu boda;
cuando vuelvas de nuevo, ésta vez a visitarnos,
luego de pasar algunos días, de vuelta de tu viaje de bodas,
tendrás en tus mejillas, un rubor que no te conocíamos
y en tus ojos luces nuevas,
que le darán otro brillo a tu mirada...
y nos abrazarás con el amor de siempre
y nos daremos cuenta que seguirás por siempre
siendo nuestra niña.

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