jueves, 17 de abril de 2008

Cuando

Cuando en mi corazón
ya no haya ilusión,
por los tristes sucesos
de la extraña vida.

Cuando mis ojos cansados
apenas perciban el brillo del sol,
mis labios débilmente
pronuncien tu nombre amado,
y mis manos ancianas y torpes
apenas sientan el calor del sol.

Entonces, vida mía,
aún en mi corazón anciano y dolorido,
por todo lo bueno y lo malo vivido,
estará como una dulce melodía
tu nombre y el recuerdo
de tu dulce amor.

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