Cuando quieras buscarme,
no te vayas por los caminos de la realidad,
ni por aquellos tapizados de alfombras y rosas,
porque no me encontrarás.
no te vayas por los caminos de la realidad,
ni por aquellos tapizados de alfombras y rosas,
porque no me encontrarás.
Sigue siempre cualquier sendero que te lleve
a la montaña, al campo, al mar.
Mira allí, contempla todo y búscame.
Cuando descubras un dedal de oro
que esparce al viento sus flores y su aroma,
entonces detente y sonríe,
que me habrás encontrado.
Mi alma silenciosa, mi alma está allí,
en los dedales de oro
que bordan los caminos de mi tierra.
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