jueves, 17 de abril de 2008

Aquel Parque

Adentrada en aquel parque,
escucho su silencio, silencio húmedo
exhalando un efluvio de misterio,
silencio íntimo, armonioso,
pleno de rumores y de acentos,
muchas voces de otro siglo,
con la expresión de lo eterno,
misterioso silencio de profundas sugestiones,
para el alma que sabe comprenderlo.

Cada árbol, igual que una presencia,
cada tronco que emerge en el silencio,
cada ramazón con sus rumores,
son como fantasmas de otro tiempo.

Escucho con oído y corazón atento
y he guardo la vibración de su silencio,
profundo y húmedo, ese efluvio misterioso,
es como el alma de aquel parque,
que desde aquel día en mi corazón llevo.

Recuerdos de días ya pasados,
recuerdos felices de caricias, de amarguras
de lágrimas, de risas y de besos…
hoy sólo queda la añoranza de lo bello
y del amor sublime y verdadero,
junto a mi amado de aquel tiempo.

Aquel parque guarda mi secreto
que a la distancia me parece perfecto,
los aves que se esconden en sus ramas
bien se… que no son las de aquel tiempo,
más los árboles del parque son los mismos
que un día supieron de la ilusión,
que vivimos en aquel momento.

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