miércoles, 1 de julio de 2009

El Cuenta Cuentos

Vestía ropas de colores muy brillantes,
su barba blanca, luenga e impecable
y sus pasos alados,
trajeron a nuestro pueblo un día
perfume de fantasías.

Su dulce voz hablaba de tierras lejanas,
de cielos verde esmeralda
y aguas color magenta.
De caminos de chocolate,
de flores de oro
y animales de felpa.

Contaba cuentos de naves de oro
que dejaban estelas de plata
cuando surcaban los mares de diamantes.
Hablaba y todos escuchaban,
extasiados en religioso silencio,
imaginando sus extraños animales
Queriendo ser parte de esas historias
pletóricas de encanto y de misterio.

Hoy día el eco de su voz duerme en silencio,
viste sus ojos y su alma de soledad y lejanía,
su magia de ayer no volverá.
Porque su musa se durmió
para siempre en su cerebro,
llegó ella un día sin saber
muy alegre de la mano
del borra cuentos...
ALZHEIMER.

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