jueves, 17 de abril de 2008

Tristezas

Amiga, al fondo de tu tristeza
hay algo pequeñito que sonríe,
como sonríe el sol en el ocaso
antes de dar paso a las sombras.
Tu boca nada dice del secreto dolor
que a ti te agobia.

En el desvaído encanto
de tus palabras marchitas,
tus ojos siguen con la mirada
en lontananza clavada,
preguntándole al camino sin palabras,
si el amor que por allí ha marchado
volverá con los ojos y con el alma
llenos de ansiedades infinitas.

Cuando la tarde se termine en el ocaso,
entrarás en tu cuarto para soñar que llega
ese amor que se fue por el sendero,
que se cumple en tu vida
la promesa que lejana un día él te hiciera
cuando tú te quedaste cual Penélope
tejiendo sueños,
y bajo el balcón de tu ventana el viajero
ha dejado la rosa roja que tanto esperabas.

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